Yom Kipur, el solemne día del perdón

Yom Kippur, un mensaje universal

Los cerca de 45 mil judíos en México iniciaron la celebración del día del perdón o de la reconciliación, que se celebra hace más de 3 mil 200 años





Millones de personas en el mundo iniciaron la celebración del Yom Kippur que culmina hoy hacia las 20 horas. AP






El llamado día del perdón, que se celebra hace tres mil 200 años, es el día más sagrado del año en el calendario judío. AP






Para los miembros de esta religión, hoy terminan 10 días de arrepentimiento, reflexión y de un profundo acercamiento a Dios. EFE






El Yom Kippur se hacía en el templo de Jerusalén y era un ritual que llevaba el sumo sacerdote; hoy es un ritual más personal. AP






En el libro del Levítico de la Biblia se menciona que el décimo día del séptimo mes, que es el Tishrei en el calendario hebreo, será un día de expiación, abstención del trabajo, un día solemne. AP






El ayuno absoluto y la solemnidad son las características esenciales de este día. AP





CELEBRACIÓN. Judíos de todo el mundo viven esta semana su fiesta. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

Miércoles 26 de septiembre de 2012Yanet Aguilar y Sonia Sierra | El Universal00:15cultura@eluniversal.com.mx
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Como millones de personas en el mundo, desde la noche de ayer muchos de los aproximadamente 45 mil judíos que existen en México iniciaron la celebración del Yom Kippur, que culmina hoy hacia las 20 horas.

El Yom Kippur, día del perdón, se celebra hace 3 mil 200 años. Es el día más sagrado del año en el calendario judío, cuando más llenas están las sinagogas, y representa el cierre de un proceso que inició 10 días antes con el Rosh Hashaná o comienzo de año (acaba de iniciar el año 5773). Para los miembros de esta religión, hoy terminan 10 días de arrepentimiento, reflexión y de un profundo acercamiento a Dios.

El Yom Kippur viene de la Biblia, del libro del Levítico, explica el doctor Daniel Fainstein, rector de la Universidad Hebraica de México, única universidad judía en América Latina. Se hacía en el templo de Jerusalén y era un ritual que llevaba el sumo sacerdote; hoy es un ritual más personal, comunitario, que no depende de un lugar fijo.

Fainstein, quien es doctor en Ciencias Políticas de la UNAM y ha cursado estudios rabínicos, agrega que en este libro se menciona que el décimo día del séptimo mes, que es el Tishrei en el calendario hebreo, será un día de expiación, abstención del trabajo, un día solemne, y un día en que "afligiréis vuestro ser" que, explica el doctor, fue entendido por la tradición rabínica como ayuno (las niñas desde los 12 años y los niños desde los 13).

El ayuno absoluto y la solemnidad son las características esenciales de este día. Es una celebración basada en tres premisas: oración, arrepentimiento (teshuva) y acciones de ayuda y solidaridad.

"El día del Perdón es un día donde la comunidad judía reconoce su fracaso, donde celebra, por un lado, la finitud del ser humano y, por el otro, la capacidad de transformación que éste tiene en relación con Dios. Es un día con un sentido emocional, familiar, comunitario; es el más sagrado del año para el Calendario Hebreo. La comunidad se sincera y reconoce aspectos que no hemos logrado como individuos, como miembros de una familia, de una sociedad, de un país, de un planeta. Son cuestiones muy universales, no hay nada particularmente conectado con la historia judía, el mensaje de esta fiesta es muy universal", comenta Fainstein.

A diferencia de la cena de la pascua hebrea, esta celebración varía en cuanto a los alimentos entre las distintas familias y orígenes de las comunidades. Inició la tarde de ayer con una comida ligera en medio de un clima de reconciliación. Después, hubo una visita a la sinagoga, donde se rezaron plegarias, una confesión de los pecados, en forma personal y pública.

Camila Pastor, historiadora e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), asegura que la gente pide perdón porque está siendo observada y juzgada por Dios "y según te califique así te va el año que sigue porque la idea es que Dios escriba tu nombre en el Libro de la Vida, pero para que Dios te inscriba tienes que haberte portado bien. Digamos, es el día en que se firma un contrato y Dios dice: ‘te portaste bien te ganas un año más de vida y pongo tu nombre en el Libro de la Vida".

Fainstein lo describe como un día de reconocer los pecados e intentar por medio de un proceso de teshuva una reconciliación con Dios, con nosotros y con el prójimo:

"Según la tradición judía, los pecados entre Dios y el ser humano, el día del perdón, Él los absuelve; los pecados entre el hombre y el prójimo, Dios no los absuelve, a menos que nosotros los resolvamos".

Pastor detalla que al término del ayuno "se comerán carnes blancas pues es el día de la purificación, y una sopa de pollo para romper el ayuno despacito; a través del sacrificio estás deseando para tu familia un año dulce por eso también preparan pastel de miel; es el equivalente de nuestra Navidad".

En México, la comunidad cultural judía respeta la tradición del Yom Kippur, pero no toda la observa al pie de la letra. Catedráticos, artistas, historiadores, escritores y profesionistas asumen los "10 días terribles" (así los define Pastor) como un tiempo para la reflexión, asumir sus errores y pedir perdón.

México es un país con una enorme variedad de tradiciones en esta comunidad: hay judíos que tienen su origen en países árabes, como Siria, y Turquía, pero también los que llegaron de Europa (de Ucrania, Polonia y Rusia), o los hay que vinieron del imperio Otomano, que son llamados Sefardí, de origen español y que migraron a Turquía y hablaban el ladino, un español antiguo.

En México, donde se calcula que hay entre 50 y 60 sinagogas, viven judíos de tercera generación. Entre ellos hay gente como Irene Herner, la historiadora del arte y catedrática universitaria que ante la pregunta del Yom Kippur bromea, dice: "híjole, te arrimaste a mal santo".

Afirma que ella es judía pero que no practica; sin embargo, señala que el concepto del perdón significa reconocer todas las limitaciones de la condición humana y permitir que surjan nuevas posibilidades de existencia para no estar cargando con el peso enorme de la culpa.

"El perdón implica no una cosa formal y protocolaria sino algo de fondo donde efectivamente se vacía uno de todo el horror y la carga, es uno capaz de entender que lo que le hicieron los otros no es tan terrible como se pensaba o tuvo alguna explicación. Este sentido de reconciliación social debe estar profundamente vigente en la sociedad contemporánea", señala la estudiosa.

Por su parte, el artista Ilán Liberman propone superar el paradigma de que un Dios está vigilando y juzgando al ser humano, para ver si se portó bien o mal y definir si va a vivir o a morir. "La humanidad no puede seguir con esta visión paternalista y vivir temerosos por el Dios que está todo el tiempo juzgando".

Considera necesario pedir perdón a los semejantes por un daño que se le ha hecho, que la humanidad debe superar eso y rendirse cuentas a sí misma. "Desde la comunidad cultural hay poca gente observante de las tradiciones y eso también permite una posición un poco más crítica del significado esencial de esas fechas; no sólo el judaísmo tiene está situación, el cristianismo también es una visión del mundo donde está Dios viendo todo, vigilando, juzgando, termina siendo muy opresivo y generador de culpas".

EL UNIVERSAL