LAS ENSEÑANZAS QUE DEJO EL 21 DE DICIEMBRE DEL 2012

LAS ENSEÑANZAS QUE DEJO EL 21 DE DICIEMBRE DEL 2012




















LAS ENSEÑANZAS QUE DEJO EL 21 DE DICIEMBRE DEL 2012
por Brad Hunter

¿No
sería realmente ridículo si el mundo se transformara o se acabara
exactamente en la fecha predicha del 21.12.2012 ? Los cálculos y
mensajes de muchas culturas antiguas no estaban equivocados, pero si lo
estaba nuestra comprensión de la antigua sabiduría y las expectativas
depositadas en el afuera de algo que debemos crear en nuestro
propio compromiso con la evolución real. El universo tiene sus reglas
que nosotros como individuos no podemos transgredir y menos comprender
en us total dimensión. Un cambio desde fuera es necesario para un cambio
desde dentro, pero si nos negamos el cambio en nosotros mismos, nos
alejaremos de alinearnos con los cambios del afuera. Nosotros cometemos
errores, no el universo. Si te resistes a cambiar, quedarás relegado en
la evolución. No esperemos que las cosas sucedan, actúa sobre el cambio
para hacer que sucedan.

Cuando un deposita sus falsas creencias
en la transformación mágica y tal cosa no sucede, es fácil perder la fe
en la transformación próxima de la tierra y en todo lo que es bueno y
correcto para comprender y transitar las consecuencias que trae
aparejada dicha transformación. Debemos entender que el cambio es un
proceso paulatino y que requiere el compromiso personal por sobre todo
lo que suceda a nuestro alrrededor. Si abandonamos nuestro compromiso
con el cambio después de una desesperanzada ceremonia del 2012, todo el
esfuerzo habrá sido en vano, porque todo segundo de nuestras vidas
debemos convertirlo en una ceremonia de evolución. ¿Cuántos están
verdaderamente dispuestos a comprometerse sin reservas a co-crear una
realidad mejor aunque tal vez no lleguen a vivir finalmente la
culminación del proceso final para el planeta?

La gran mayoría de
las personas que despiertan a una consciencia superior, desean algo
mejor para este mundo, ya que su propia concepción de lo que debería ser
la evolución, no acepta las reglas impuestas en un sistema repleto de
injusticias. Tal vez ese deseo bienaventurado que fuera el motor que
motivara la esperanza de transformación de la humanidad para el 2012,
terminó convirtiendose para muchos en el impulsor de una frustración.
Dias previos al 21 de Diciembre la web y en particular las redes
sociales se convirtieron en difusoras de falsas espectativas y profecías
que auguraban milagrosas transformaciones planetarias que carecían de
todo sustento de lógica y conocimiento real del verdadero valor de haber
alcanzado el punto crítico para la Humanidad del 2012. Nos comportamos
frente a lo nuevo de una forma muy antigua y primitiva de temor a lo
desconocido, proyectándo en lo mágico del afuera, la única realidad de
que somos nosotros los que debemos asumir el papel de “magos del
adentro”. Estábamos cegados por prestar demasiada atención a la fecha,
sin abrir los ojos al logro conseguido en cada etapa previa de cambio,
detrás de la fecha en si misma.

Lo cierto es que el 21.12.2012
significó mucho y fué más allá de ser el final de la Cuenta Larga Maya
-que coincidió con el fin de un ciclo de Precesión de los Equinoccios-
fué un logro para la humanidad el haber transitado una Era de 25.920
años sin llegar a us propia destrucción. La civilización Maya que eran
tan precisa en todos los aspectos, sin lugar a dudas no se equivocó -
nosotros lo hicimos en espera de que el fin del mundo ocurrirá
exactamente el día en su calendario termina- pero ellos sabían que
representaba un momento visagra para la Humanidad. Esta fecha sólo
indica que el puente se ha cruzado y no hay vuelta atrás para la
construcción de lo nuevo. El “fin del mundo es inminente”, pero lo es
para el mundo que nosotros creamos y no para el “fin del planeta”. Desde
que comenzamos a perder la conexión con la Tierra, hemos comenzado a
crear el “fin del mundo” y es muy tonto e ignorante no reconocer que de
nuestras propias acciones de aquí al futuro, podría venir la mayor
amenaza que materialice el tan temido momento. No es la tierra que llega
a su fin, sino el mundo que hemos creado, el planeta permanece, pero el
mundo cambia, por eso debemos aceptar primero el desafío de cambiarnos a
nosotros mismos.

Los Mayas en su precisión nos legaron un
calendario que no habla de fechas, sino de pulsos de energía y que tales
cambios periódicos del pulsar sincrónico de la energía que altera lo
material, lo mental y espiritual representan también los pulsos de la
evolución. Es una ley de la evolución y de la naturaleza en una escala
galáctica y universal. Toma tiempo para que un cuerpo material denso
como el cuerpo humano y el de la Tierra reaccione ante una nueva
realidad energética y espiritual que se introdujo el 21 de diciembre. Es
difícil predecir cuánto tiempo exactamente tardará en completarse el
proceso, tal vez demore varias generaciones a futuro. Sabemos que los
pulsos del núcleo galáctico y su relación con la oscilación o precesión
de la Tierra es la que provoca esta transformación y el calendario maya
era un calendario de precesión pura, lo que significa que de alguna
manera su fin, también anuncia el punto de inicio de una nueva Era. Nos
centramos demasiado en la mágia de esa sola fecha esperándo ver la
imagen más grande como en la escena de una película de Hollywood, y
ahora, cuando el solsticio ha llegado y se ha ido, muchos
desesperanzados pensaron que todo era falso. No era falso. Somos
nosotros los que no entendemos de verdades más allá de nuestra visión de
lo deseamos ver como verdad.

Fueron los medios y la
desinformación los que han creado infiltrar en el inconsciente de muchas
personas, el hecho que todo fin debe culminar con catástrofe. El final
de un calendario, final de un ciclo, no significa un fin real. Es un fin
en términos de períodos contínuos de etapas de evolución. Nada culminó,
todo sigue y en rumbo de evolución. El calendario es una forma humana
por intentar medir los ciclos de las dinámicas cósmicas y por más que te
quites el reloj y festejes el fin de un ciclo, la rueda gira
permitiéndote que sigas intentando ensayar tu interpretación de algo tan
perfecto que ningún medio del mundo logrará transmitir en toda su real
dimensión. La verdad eres tu mismo intentando comprender una verdad
mayor que en nuestro nivel de consciencia aún nos es esquiva y allí
radica el maravilloso desafío de la evolución: Ser tú mismo parte de la
verdad.